Martin Berdugo
Aranda de Duero
Somos una bodega joven, innovadora y diferente.
Nos fascina la magia del vino y la posibilidad de probar cosas nuevas. Por esa razón, Martín Berdugo es una bodega para gente audaz, que se atreve; una bodega que sabe expresar el carácter, naturaleza e individualidad de los frutos de su viñedo en cada uno de sus vinos, empleando las últimas tecnologías y conocimientos, pero respetando, al mismo tiempo, la esencia y la tradición.
Nuestra obsesión es el viñedo, al que realizamos un seguimiento exhaustivo a lo largo de todo el ciclo, ya que elaboramos exclusivamente nuestra propia cosecha.
Queremos hacer un vino honesto y directo, para los amantes del mundo del vino. Buscamos retomar el concepto originario de vinos de Ribera, dando prioridad a la fruta en los aromas y la potencia del color. Pero al mismo tiempo, no sólo buscamos mejorar con cada cosecha, sino que también queremos sorprender a quienes comparten nuestros gustos y filosofía, y apostamos por diversificar, de ahí nuestra apuesta por el verdejo, o por Martin Berdugo, nuestra última creación, que recoge las expectativas a la hora disfrutar de un buen vino y nuestra inquietud por innovar y romper la monotonía de la cata. Elaborado con las más modernas técnicas de criomaceración, sorprenderá en cada nueva añada. Porque pensamos que para ser felices no podemos dejar de sorprendernos.
Bodega y Viñedos Martín Berdugo es una sociedad familiar radicada en Aranda de Duero (Burgos) en pleno corazón de la Ribera del Duero.
Nuestra andadura comienza en el año 1990 cuando sentimos la necesidad de poner en marcha nuestro proyecto vitivinícola. En él pusimos la ilusión de reinventar y dar un nuevo sentido a un ‘pedregal’ que encierra todos los recuerdos y sentimientos de la familia.
Fue entonces cuando, confiada en el gran potencial que atesoraba la entonces incipiente Denominación de Origen, Josefina Martín Berdugo decidió, con el apoyo de su marido Enrique y sus hijos, Antonio, Bruno y Pepa, plantar viñedo en un terreno de guijarros, ideal para un cultivo tan rústico.
Las primeras cosechas de aquellas ‘uvas de la ilusión’ se vendieron a otras bodegas de la Ribera del Duero hasta que por fin, en el año 2000, construimos la bodega y comenzamos nuestra andadura en el apasionante mundo de la elaboración y comercialización de Martín Berdugo.